Sa Dragonera, nuestro origen
Parque Natural de Sa Dragonera, una joya de la biodiversidad.
Sa Dragonera es una lugar telúrico para muchos de nosotros, nos resulta inspirador observarla desde la costa de Sant Elm y aún más desde el mar. Por ejemplo, cuando se pone el sol, desapareciendo un día tras otro en el agua por detrás de esta isla tan pequeña y mágica. Pero también es un enclave fundamental para la flora y la fauna del entorno.
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El ejemplo faunístico más emblemático de Sa Dragonera es el de la “sargantana” (Podarcis lilfordi), una especie de lagartija endémica de las Baleares.
Se encuentra extinta en las islas grandes como Mallorca y Menorca, pero existe una diversidad de subespecies alucinante dispersas entre los islotes de nuestro archipiélago.
El mar que nos rodea ha sido la clave para que la evolución actúe de manera diferencial en cada una de las poblaciones aisladas. Vamos, que si Darwin en lugar de pasar por las Galápagos en 1835 se hubiera acercado a nuestras islas habría podido llegar a la misma conclusión sobre el origen de las especies.
Reserva Marina
Sa Dragonera, situada en el suroeste de Mallorca, está separada de esta por un pequeño estrecho de unos 800m de ancho y una profundidad máxima de unos 15 m.
En el último año, 912 hectáreas del estrecho de la Dragonera han sido declaradas Reserva Marina. Para ello, se han regulado las actividades pesqueras y de buceo.
El área del Freu de Sa Dragonera tiene también un valor ecológico incalculable, por su diversidad de hábitats y comunidades biológicas en un espacio tan limitado. Los últimos datos muestran que la reserva de peces es tres veces superior que en las zonas de control no protegidas. Los paisajes submarinos de Sa Dragonera son también una joya que hay que conservar. Una muestra de lo que encontramos alrededor de las Baleares, donde destacan las praderas de Posidonia oceánica, cuna de muchas de las especies marinas que habitan el fondo de mar.